La ocupación del territorio de Lledó es muy antigua, como demuestran los restos arqueológicos que se conservan de época ibérica, esta cultura estuvo muy extendida por todo el territorio de la actual comarca del Matarraña y de las comarcas limítrofes.

Durante la reconquista, estos territorios quedarán dentro de la encomienda de Calaceite, segregada de la extensa encomienda de Alcañiz. En 1205 la orden de Calatrava entregaba Calaceite, Lledó y Arens de Lledó a Rolando de Cambrils y Dalmacio de Canyelles con el objetivo de repoblar el territorio. No se debió conseguir la repoblación y el 13 de abril de 1209, el rey de Aragón Pedro II entregó en Lledó al obispo de Tortosa para su repoblación. En octubre de 1210 el obispo Gombaldo de Santa Oliva otorgó Carta de Población a los nuevos habitantes de Lledó, concediéndoles casas y tierras.

Bajo la jurisdicción del obispado de Tortosa se mantuvo bastante tiempo. Se conserva documentación que indica que en 1375 y 1414 seguía bajo su jurisdicción.

El 13 de abril de 1209 Pedro II de Aragón dio Lledó al obispo de Tortosa para que la poblase

El 1375 era del obispo de Tortosa al igual que en 1414.

En cuanto a administración, Lledó ha formado parte, de forma sucesiva, a la sobrecullida de Alcañiz (1446-1495), a la vereda de Alcañiz (1646) y al corregimiento de Alcañiz (1711-1833). Se constituye como Ayuntamiento en 1834 y forma parte del partido judicial de Valderrobres, para incorporarse en 1965 al partido judicial de Alcañiz.