Históricamente han sido las actividades agrarias la base de la economía local, manteniendo todavía en la actualidad un peso relativo más que destacado. Sin lugar a dudas, la excelencia de las condiciones agroambientales de que disfruta el término municipal explica en parte esta pervivencia de las funciones agrarias, ya que posibilitan el cultivo de producciones con alto valor añadido como el olivar, al almendro o los frutales, entre otros.
Según datos del último censo agrario la localidad cuenta con casi 1.000 ha destinadas a tierras de labor, lo que supone el 63% del total de la superficie municipal. El número de explotaciones agrarias alcanza las 55, la gran mayoría de carácter familiar. En lo que respecta a los cultivos destaca la producción de leñosos, especialmente frutales y olivar, con 265 y 225 ha respectivamente.

En lo que se refiere a las actividades ganaderas, la cabaña de Lledó supera las 12.000 cabezas, una cifra más que destacada. El ovino es, con 11.000 cabezas, prácticamente la única orientación ganadera del municipio.

El resto de actividades económicas presentes en la localidad se distribuyen entre 10 actividades distribuidas en los sectores agropecuario (1 actividades), industrial (2), construcción (1) y servicios (6).

En los últimos años, es el sector servicios el que ha experimentado un crecimiento más importante, especialmente aquellas actividades vinculadas con el subsector turístico, una de las grandes alternativas económicas de la localidad a actividades tradicionales como la agricultura y la ganadería.